martes, 23 de noviembre de 2010

Pelajes

Existe gran variedad de pelajes cuya denominación del país y del idioma que en él se hable; muchos de los nombres que se les da a los pelajes son descriptivos y otra gran mayoría comparativos
El pelaje se fue desarrollando durante millones de años con el objetivo de proporcionar al animal el mejor camuflaje dentro de su medio ambiente, ya que cuanto más se parecía a su entorno, más a salvo estaría de sus depredadores. Hoy en día la variedad es resultado de la crianza controlada y no guarda relación alguna con el camuflaje. Un ejemplo claro de esto lo encontramos en el siglo pasado cuando la Yeguada Real Alemana criaba caballos color crema o cremello para ser utilizados en los carruajes. Otra situación de la misma índole, pero más actual, es la cría de caballos tales como Palominos, Píos o Pintos, entre otros, principalmente realizada por ser capas raras.
El color no tiene absolutamente nada que ver con el temperamento ni con la calidad del caballo, ya que es transmitido, como las demás características, a través de los genes. Existen colores, como el negro y el castaño, que son dominantes porque siempre parecen en la capa. Otros son recesivos ya que no aparecen por ser transmitidos como un gen escondido.
Los seis colores básicos de los cuáles derivan los demás, son los que deben ser sabidos para poder distinguir los grandes grupos de pelajes. Éstos son el prieto, el tordillo, el alazán, el bayo, el colorado y el grullo. El primero le es adjudicado a todo caballo cuyo color de pelo es negro. Cuando hablamos de tordillos, no referimos a las capas blancas. Curiosamente los caballos que poseen esta capa, por lo general nacen de color oscuro. El alazán es aquel equino que posee un pelo color café, pudiendo variar desde anaranjado hasta café oscuro. El pelaje que vulgarmente es denominado amarillo, se llama bayo. El colorado se atribuye a los caballos con capa color café, pero con cola, tupé y miembros negros. Por último, un color poco común, es la capa color gris, este pelaje es el grullo.
Un pelaje que cabe ser destacado es el albino. El equino que posee esta capa no tiene pigmentación, su piel es rosa, su pelo blanco y sus ojos rojizos. Esto último provoca una visión disminuida para el animal.
Dentro de los pelajes pueden encontrarse diversas marcas. Algunas de ellas son similares a marcas de cebras, rayas horizontales en los miembros que resultan ser más oscuras que el resto de la capa. Dichas rayas a veces aparecen en el cuello, en la cruz o en los flancos. La denominada raya de mulo consiste en una línea dorsal más oscura que el pelaje y es notable solo en ciertas razas.

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