martes, 23 de noviembre de 2010

Sentidos

El caballo utiliza todos sus sentidos para llevar a cabo la comprensión de la información que le es proporcionada, ya sea por la naturaleza o por el hombre.
Los sentidos de audición y de olfato son asombrosos. Los olores pueden ser percibidos a través de las membranas sensitivas de los labios o de las narinas. Por otro lado, la visión posee escasa bifocalidad, lo que contribuye a que el animal se asuste con movimientos violentos y sombras.
Poseen cierta sensibilidad a la atmósfera que los rodea. Son capaces de valorar el estado de ánimo de su jinete, convirtiéndose en el espejo de la persona que los monta. También perciben aquellos sentimientos provenientes de su amo, tales como timidez, vacilación o miedo, así como la confianza y el valor que se deposite en él.

Alimentacion

El caballo necesita ser alimentado adecuadamente, pero la cantidad y la calidad de dicho alimento tiene efectos distintos en cada una de las categorías equinas. Esto se debe a que los requerimientos nutricionales varían de acuerdo a su especie, raza y grado de actividad. Es por eso que cada animal tiene un peso ideal determinado según su situación
Si el caballo es alimentado correctamente, los problemas de salud serios como la anemia, la obesidad y la epifisitis, son prácticamente erradicados. Lo mismo sucede con las enfermedades infecciosas, las cuales tienen mayor injerencia en aquellos animales desnutridos o mal alimentados.
Los elementos fundamentales dentro de una buena dieta son: proteínas, hidratos de carbono, grasas, minerales, oligoelementos y agua. Las proteínas son adquiridas a través del pasto verde, del seco y de la soja; los carbohidratos son proporcionados al animal cuando se lo alimenta con avena; los aceites y vegetales constituyen el aporte de grasas; los minerales se encuentran en la alfalfa, el suelo de las pasturas y en las sales; y por último los oligoelementos como el magnesio, el potasio, el hierro, el cobre y el cinc, están contenidos en los suplementos alimenticios y en las denominadas piedras de sal. El agua fresca y limpia es indispensable durante todas las etapas de la crianza del equino.

Anatomía

El cuerpo de los equinos es un mecanismo complejo. Su estructura corporal está compuesta por: esqueleto, músculos, aparatos, sistemas y tegumentos. Por su morfología se los considera atletas naturales, y esa es la condición que les ha permitido sobrevivir, en su momento, como animal salvaje.
El esqueleto del caballo está compuesto por aproximadamente doscientos diez huesos individuales, excluyendo los de la cola. Se distinguen el esqueleto axial y el apendicular. El primero comprende los huesos de la cabeza, la columna vertebral, las costillas y el esternón, y el segundo los huesos de las extremidades anteriores y posteriores. Además se clasifican en largos, cortos, planos e irregulares.
Las funciones que posee el esqueleto son variadas, entre las propias de los huesos están: la formación de células sanguíneas y depósito de minerales; en conjunto proporcionan sostén a los músculos, protección a los órganos internos, apoyo a las partes blandas y la movilidad necesaria a sus piezas para que el caballo se desplace a varias velocidades, se acueste o paste. Los huesos que forman las articulaciones están recubiertos por cartílago, que es más blando que el hueso y puede compensar los efectos de desgaste en la superficie. La articulación, o empalme, es completada por una cápsula que produce el líquido articular, denominado sinovial, que lubrica las superficies articulares y refuerza los ligamentos. Estos últimos son bandas fibrosas que unen los huesos de ambos lados de la articulación.
Los huesos de la cabeza son largos. Los de la cara tienen el doble de longitud que los del cráneo, y la mandíbula inferior constituye un hueso largo de superficie ancha y aplomada en la parte inferior de la zona posterior.
La columna vertebral está compuesta por siete vértebras cervicales, dieciocho dorsales, seis lumbares, cinco sacras y quince caudales.
La característica anatómica más notable del caballo moderno es la pezuña con un único dedo en cada una de sus extremidades, ya que sus formaciones óseas que corresponden a los dedos laterales desaparecieron por la falta de uso, y hoy en día se pueden apreciar a los lados del hueso central. Por esta razón se lo considera del orden de los rinocerontes y los tapires.
El dedo que posee el caballo corresponde al tercer dedo de la especie humana, y se ha alargado mucho con el paso del tiempo ya que sobre él recae todo el peso. Dicho dedo está rodeado por una sustancia similar a la uña del dedo del ser humano, este revestimiento córneo rodea sólo la parte frontal y lateral del pie. La función del casco o vaso, es la de reportar el peso del cuerpo. Posee una estructura extremadamente compleja, muy sensible a la presión y con un excelente aporte sanguíneo y nervioso. Consta de una capa externa protegida por la sustancia córnea, que crece hacia abajo, a razón de 0,5 cm al mes aproximadamente, desde la banda coronaria. Esta última es un rodete carnoso ubicado en la parte superior del casco, equivalente a la cutícula de la uña humana. Dentro del casco están contenidos el hueso navicular y el bolillo, parte del segundo phalanx y el flexor digital del tendón. Contiene también la almohadilla digital, cartílagos laterales, articulación corono-pedal, vasos sanguíneos y nerviosos. Como otras especies de mamíferos, los caballos, poseen cuatro clases de tejidos básicos.
Cada uno de ellos tiene sus propias características especiales que contribuyen a la función de todo el cuerpo. El tejido conjuntivo cumple funciones como las de las estructuras óseas, que sostienen y dan forma al cuerpo y a sus estructuras blandas. Formas simples de este tejido son los tendones, ligamentos y vainas de material fibroso que protegen diversos órganos y músculos. Por último el tejido epitelial comprende la envoltura y tapizado del exterior del cuerpo y de los conductos internos y órganos huecos como el intestino y las vías biliares, la vejiga urinaria y el útero.

Pelajes

Existe gran variedad de pelajes cuya denominación del país y del idioma que en él se hable; muchos de los nombres que se les da a los pelajes son descriptivos y otra gran mayoría comparativos
El pelaje se fue desarrollando durante millones de años con el objetivo de proporcionar al animal el mejor camuflaje dentro de su medio ambiente, ya que cuanto más se parecía a su entorno, más a salvo estaría de sus depredadores. Hoy en día la variedad es resultado de la crianza controlada y no guarda relación alguna con el camuflaje. Un ejemplo claro de esto lo encontramos en el siglo pasado cuando la Yeguada Real Alemana criaba caballos color crema o cremello para ser utilizados en los carruajes. Otra situación de la misma índole, pero más actual, es la cría de caballos tales como Palominos, Píos o Pintos, entre otros, principalmente realizada por ser capas raras.
El color no tiene absolutamente nada que ver con el temperamento ni con la calidad del caballo, ya que es transmitido, como las demás características, a través de los genes. Existen colores, como el negro y el castaño, que son dominantes porque siempre parecen en la capa. Otros son recesivos ya que no aparecen por ser transmitidos como un gen escondido.
Los seis colores básicos de los cuáles derivan los demás, son los que deben ser sabidos para poder distinguir los grandes grupos de pelajes. Éstos son el prieto, el tordillo, el alazán, el bayo, el colorado y el grullo. El primero le es adjudicado a todo caballo cuyo color de pelo es negro. Cuando hablamos de tordillos, no referimos a las capas blancas. Curiosamente los caballos que poseen esta capa, por lo general nacen de color oscuro. El alazán es aquel equino que posee un pelo color café, pudiendo variar desde anaranjado hasta café oscuro. El pelaje que vulgarmente es denominado amarillo, se llama bayo. El colorado se atribuye a los caballos con capa color café, pero con cola, tupé y miembros negros. Por último, un color poco común, es la capa color gris, este pelaje es el grullo.
Un pelaje que cabe ser destacado es el albino. El equino que posee esta capa no tiene pigmentación, su piel es rosa, su pelo blanco y sus ojos rojizos. Esto último provoca una visión disminuida para el animal.
Dentro de los pelajes pueden encontrarse diversas marcas. Algunas de ellas son similares a marcas de cebras, rayas horizontales en los miembros que resultan ser más oscuras que el resto de la capa. Dichas rayas a veces aparecen en el cuello, en la cruz o en los flancos. La denominada raya de mulo consiste en una línea dorsal más oscura que el pelaje y es notable solo en ciertas razas.

Tipos

En la especie moderna, la divisón principal que se establece para la clasificación de los caballos es,  la que distingue entre el caballo de tipo ligeros (de montura o enganche) y los de tiro pesado. Además los tipos son aquellos caballos que no se clasifican dentro del estatus de una raza porque les falta fijar unas carcterísticas y, por tanto, no pueden ser aceptados en un stud book.
Los caballos de montura son, desde luego, las razas más numerosas. Además debemos señalar que hay una subdivisión que distingue entre caballos y ponis. La diferencia que generalmente se establece entre caballos y ponis está en la alzada ( distancia desde la cruz hasta el suelo) Los ponis se consideran quizás arbitrariamente, razas y tipos de caballos con una lazada menor a 1,52m cuando en realidad,  la diferencia entre caballos y ponis estriba primordialmente en la proporción. Por ejemplo en el purasangre la distancia desde la cruz hasta el suelo excede la longitud de su cuerpo, debido, en gran parte, a la longitud de sus extremidades. Por el contrario, el poni presenta más profundidad de tronco y las extremidades más cortas en relación a su alzada.
El tipo también, se refiere al caballo que satisface un fin especial y que no pertenece necesariamente a una raza específica. Ejemplos importantes son las jacas de polo, los hunter (el caballo de caza), los hack y los cob.